Semilla

Cada uno tenemos una.

La ví entrar.   Nerviosa, un poco confundida, ansiosa, buscando.   Ya no entendía la vida.   Sólo buscaba.

La convidé a pasar y nos sentamos en un silloncito que estaba en la entrada del templo.   La tomé de la mano y surgió la calidez propia del cardio chacra.   No hablamos nada.  Sólo eso.  Por semejanza vibró su chacra. En un primer encuentro, sin palabras, en un minuto, sus ojos ya estaban llenos de emotivas lágrimas.  Encuentro de paz al vibrar su "semilla".  

De igual Forma, Su Santidad, Rinpoché, activó mi semilla, golpeando suavemente en mi clavícula izquierda con el dorje del Gurú. ¡Como fluyó!, ¡en torrente!.  

Nuestras presencias, a veces por pequeños momentos, a veces por tiempos mas largos nos dejan enseñanzas y sentires maravillosos que no apreciamos de inmediato porque la semilla aún crecerá y dará flor y fruto.   Lo importante es que ya está vibrando.  

Comparte tu luz, que es mucha.

Tu semilla ya está activa.

Enrique.
Adivina y aprende.