Lo encontré y me sorprendió. Lleno de energía, radiante, actitud muy positiva, saludable, elegante. Iba a trabajar, con paso firme, con sus sesenta y tantos años relucientes, como esos viejos carros, “clásicos”, totalmente originales, que parecen nuevos y hasta caminan. Un mes antes era un vejestorio, con pésima salud, graves depresiones y miedos.
¿Qué hizo la diferencia? La concentración mental, según él mismo me dijo. Yo creo que logró el contacto.
Nada peor para la salud (física, mental y emocional) que dejar el pensamiento y/o el habla vagar o en negatividades, sin control.
Experimentemos la observación de nuestros pensamientos y emociones: busquemos un momento y un lugar de quietud. sentémonos con la espalda recta, las manos juntas en el regazo, los ojos entreabiertos, la mirada tranquila pero fija al frente y abajo y, entonces, mantengamos concentrada nuestra atención en nuestra respiración.
Con certeza, van a surgir muchísimos pensamientos y emociones, recuerdos, preocupaciones, sensaciones físicas, etc. pero, símplemente dejémoslas pasar sin darles atención; dejemos que surjan y se vayan mientras que nosotros mantenemos la atención, en la respiración. Esto es una forma simple de meditar, de empezar a domar la mente, ponerla bajo nuestro control. Hagan la prueba y observen con cuidado el comportamiento anárquico de nuestros pensamientos y emociones. Pero recuerden, el juego es TENER TODA NUESTRA ATENCIÓN EN LA RESPIRACIÓN. De repente nuestra mente puede quedar quieta, tranquila, en paz. Allí, en un instante de paz, empieza la verdadera aventura del reencuentro con nuestra propia esencia divina. Allí reencontraremos nuestro verdadero poder.
Tenemos nuestro cuerpo físico y nuestro cuerpo de energía. En el cuerpo de energía fluyen los pensamientos y emociones. Se dice que existe una relación intensa del cuerpo de energía con el cuerpo físico y también con la naturaleza. Los pensamientos y emociones positivas atraen salud y todas las cosas buenas de la vida. Los pensamientos y emociones "negativas" atraen negatividad, incluso enfermedad y hasta pobreza. ¿Han sentido la muy atractiva energía de alguien feliz, sin conflictos? Todos tenemos problemas, pero es una decisión nuestra el ponernos a sufrir o resolverlos con alegría. Aquieta tu mente, adivina, aprende y resuelve tus problemas.
La energía negativa de nuestros pensamientos y emociones puede cambiarse a positiva al cambiar su frecuencia por medio de la espiritualidad (compasión, amor, risa, felicidad).
Al disiparse las nubes, brilla el sol. Al disiparse la oscuridad del corazón, brillará nuestra naturaleza original, nuestro ser, nuestra luz, lo que realmente somos, (no lo que decimos ser). Surgiremos libres de sufrimiento, con sabiduría, con nuestra conciencia expandida.
Para domar nuestra mente, primero tomemos la decisión de dejar de sufrir y ser felices, de "vivir", y entonces trabajemos intensamente para lograrlo, -con amor-.
Masaharu Taniguchi nos dice en su libro "guía para una vida feliz": "Cultivemos en el `jardín de la mente´ sólo ´flores´ de buenos pensamientos".
Enrique.
viernes, 17 de julio de 2009
jueves, 16 de julio de 2009
Poder verdadero
Ya se lo que me dirán:
Eso del corazón, del amor y la sabiduría está muy bonito... pero la vida no funciona así, la vida es intereses, guerra, dominio, poder, conflicto, dinero... ¡Pregúntale a un abogado o a un político! Cuando bien llevado es Dialéctica.
Sin embargo, tenemos un verdadero PODER: Podemos transformar el sufrimiento en felicidad, en nosotros mismos y en otros.
Esta transformación se inicia con una decisión profunda, interna. Algo así como: "ya no quiero jugar este juego de sufrimientos, quiero ser feliz". La felicidad es la espiritualidad y viceversa. Son sinónimos.
Recuerdo que una noche escribí, de corazón: "estoy cansado de las luchas infructuosas" y al dia siguiente, terminó ese empleo. De joven, ví a una pareja despidiéndose con un hermoso beso y pensé: "me gustaría ser yo el que la besara" y poco tiempo después, tuvimos un ligero choque con mi carro y tres chicas se detuvieron y ofrecieron ayudar; una era ella y fué mi novia y (obviamente) la besé. Pero la más fuerte es, -ya lo comenté-, cuando me iban a operar y dije: "quiero volver a mi camino espiritual" y viví y aqui estoy.
Un día, caminando frente al parque vi a una jovencita como de 17 años muy asustada y a una señora que le gritaba: "cálmate, ¡te va a dar un infarto!". Sentí que tenía que volver y pedí permiso para ayudar. La tomé de las manos, la imaginé como a una niña bebé y sentí mucho amor que brotó de mi corazón por esa niñita. Un minuto después ella ya estaba completamente tranquila y vi sus ojos brillantes, muy lindos y profundos. Caminé, sin hablar, y me alejé. Sus jóvenes compañeros me dijeron -"gracias". El amor cura. Me gusta ver los ojos.
He tenido maestros que me han enseñado a salir de mis conflictos y de mis miserias humanas, enseñándome a domar mi mente y también la bendición suprema del amor que me ha enseñado el camino.
Ahora sé que existe ese poder verdadero, (el universo es energía inteligente) y lucho cada día por ser mejor y mantenerlo para poder servirme a mi y en consecuencia poder servir a otros. Muchas madres tienen el poder verdadero de manera natural.
¡Que el amor y la sabiduría nos liberen de todo lo que nos daña, obstruye y oscurece nuestro corazón, nuestro pensamiento, nuestro cuerpo y habla y agradezcamos que, con esta hermosa libertad llena de amor, salud, felicidad y claridad mental, podamos servir! Este poder verdadero se obtiene en el servicio.
Servir es procurar la felicidad de TODOS.
¡Adivina y aprende!
Enrique.
Eso del corazón, del amor y la sabiduría está muy bonito... pero la vida no funciona así, la vida es intereses, guerra, dominio, poder, conflicto, dinero... ¡Pregúntale a un abogado o a un político! Cuando bien llevado es Dialéctica.
Sin embargo, tenemos un verdadero PODER: Podemos transformar el sufrimiento en felicidad, en nosotros mismos y en otros.
Esta transformación se inicia con una decisión profunda, interna. Algo así como: "ya no quiero jugar este juego de sufrimientos, quiero ser feliz". La felicidad es la espiritualidad y viceversa. Son sinónimos.
Recuerdo que una noche escribí, de corazón: "estoy cansado de las luchas infructuosas" y al dia siguiente, terminó ese empleo. De joven, ví a una pareja despidiéndose con un hermoso beso y pensé: "me gustaría ser yo el que la besara" y poco tiempo después, tuvimos un ligero choque con mi carro y tres chicas se detuvieron y ofrecieron ayudar; una era ella y fué mi novia y (obviamente) la besé. Pero la más fuerte es, -ya lo comenté-, cuando me iban a operar y dije: "quiero volver a mi camino espiritual" y viví y aqui estoy.
Un día, caminando frente al parque vi a una jovencita como de 17 años muy asustada y a una señora que le gritaba: "cálmate, ¡te va a dar un infarto!". Sentí que tenía que volver y pedí permiso para ayudar. La tomé de las manos, la imaginé como a una niña bebé y sentí mucho amor que brotó de mi corazón por esa niñita. Un minuto después ella ya estaba completamente tranquila y vi sus ojos brillantes, muy lindos y profundos. Caminé, sin hablar, y me alejé. Sus jóvenes compañeros me dijeron -"gracias". El amor cura. Me gusta ver los ojos.
He tenido maestros que me han enseñado a salir de mis conflictos y de mis miserias humanas, enseñándome a domar mi mente y también la bendición suprema del amor que me ha enseñado el camino.
Ahora sé que existe ese poder verdadero, (el universo es energía inteligente) y lucho cada día por ser mejor y mantenerlo para poder servirme a mi y en consecuencia poder servir a otros. Muchas madres tienen el poder verdadero de manera natural.
¡Que el amor y la sabiduría nos liberen de todo lo que nos daña, obstruye y oscurece nuestro corazón, nuestro pensamiento, nuestro cuerpo y habla y agradezcamos que, con esta hermosa libertad llena de amor, salud, felicidad y claridad mental, podamos servir! Este poder verdadero se obtiene en el servicio.
Servir es procurar la felicidad de TODOS.
¡Adivina y aprende!
Enrique.
martes, 14 de julio de 2009
The pathway (el camino)
Ayer visité la maravillosa Biblioteca que está junto al metro Balderas en la Ciudad de México. Disfruté un libro en Inglés: “Evangeline: A tale of Acadie” by Henry Wadsworth Longfellow que fué escrito en 1847 y que lo pueden encontrar aquí: http://books.google.com.br/books?id=OoxU8tEzhb0C&printsec=frontcover&dq=Longfellow&hl=es
En algún lugar, Evangeline dice:
“Whither my heart has gone, there follows my hand, and not elsewhere. For when the heart goes before, like a lamp, and illumines the pathway. Many things are made clearer, that else lie hidden in the darkness.”
Me atreveré a hacer una traducción libre, con la esperanza de que alguien me ayude y haga una traducción poética:
"A donde mi corazón ha ido, alli lo sigue mi mano y no a ningún otro lugar. Porque cuando el corazón va antes, como una lámpara, ilumina el camino. Muchas cosas se hacen mas claras, que de otra manera yacerían ocultas en la oscuridad."
Ayer descubrí que el señor Longfellow ya sabía eso de "adivina y aprende" hace 162 años.
Añado otro texto maravilloso:
"Talk not of wasted affection, affection never was wasted;
If it enrich not the heart of another, its waters, returning
Back to their springs, like the rain, shall fill them full of refreshment;
That which the fountain sends forth returns again to the fountain.
Patience; accomplish thy labor; accomplish thy work of affection!
Sorrow and silence are strong, and patient endurance is godlike,
Therefore accomplish thy labor of love, till the heart is made godlike,
Purified, strengthened, perfected, and rendered more worthy of heaven!"
y mi libre traducción:
"No hablar de desperdicio de afecto, el cariño nunca se desperdicia;
Si no enriquece el corazón de otro, sus aguas, volviendo a sus fuentes, como la lluvia, deberán llenarlas plenamente de frescura; Lo que la fuente mana regresa de nuevo a la fuente.
Paciencia; realiza tu trabajo; ¡realiza tu trabajo de afecto!
El dolor y el silencio son fuertes, y la paciencia que los resiste es divina,
Por lo tanto, realiza tu trabajo de amor, hasta que el corazón se haga similar a Dios, purificado, fortalecido, perfeccionado, y hecho más digno de los cielos!".
El camino es este: abrir el corazón para que nos guíe y para dar afecto, amor, cariño. Hecho esto se alcanza juventud, salud, prosperidad, compañía, amor, plenitud, respeto, verdadero poder. Este camino es una forma de vida llena de gozo, de placeres bien logrados, de felicidad verdadera y perdurable.
Adivina con tu corazón, deja que te guíe, aprende a vivir: ama y comparte.
Enrique.
domingo, 12 de julio de 2009
Peter
Peter intentó esconderse pero no había donde hacerlo. El enorme tamaño de mis ojos debió haberlo asustado. Yo lo miré fijamente, curioso y él se alejó lo más que pudo.
Peter estaba dentro del agua, como corresponde a su especie y yo debía limpiar la esfera de cristal.
Poco a poco vertí el agua… con él adentro.
Él se dio cuenta de que bajaba y bajaba el nivel del agua y se puso aún más nervioso, excitado, aún asustado. Yo ya tenía otro recipiente lleno de agua preparado para colocar su pequeño cuerpo, chiquito, como el dedo meñique de un niño. Entonces, di unos golpes con la uña en la pecera: “tic, tic” y él inmediatamente saltó, cayendo ágilmente en el líquido limpio del otro recipiente. Ya limpia la pecera, lo regresaba con toda el agua del otro recipiente y le ponía un poco de alimento.
Siempre lo observaba un buen rato antes de limpiar la pecera y él se alejaba. Poco a poco fue tomando confianza, hasta que los dos nos veíamos fijamente a los ojos. ¡Hola Peter! La comunicación visual ya era completa. Vi a Peter y él me vio a través de los ojos.
“Tic – tic” y él saltaba. Y luego ya saltaba de regreso a su pecera.
Peter era un pez que soñaba, -yo creo-, y quizá algún día en su sueño de pez, oyó el sonido de mi uña: “tic – tic”. Peter saltó y en la mañana lo encontré muerto. En su vida, Peter aprendió a saltar y a ver mis ojos.
No tenemos permanencia. Aprovechemos nuestro tiempo. Aprendamos ahora y cumplamos nuestro propósito en esta vida.
Peter: aún recuerdo tus ojos, tu mirada. Espero que estés muy bien, -feliz,- ahora.
Enrique.
Peter estaba dentro del agua, como corresponde a su especie y yo debía limpiar la esfera de cristal.
Poco a poco vertí el agua… con él adentro.
Él se dio cuenta de que bajaba y bajaba el nivel del agua y se puso aún más nervioso, excitado, aún asustado. Yo ya tenía otro recipiente lleno de agua preparado para colocar su pequeño cuerpo, chiquito, como el dedo meñique de un niño. Entonces, di unos golpes con la uña en la pecera: “tic, tic” y él inmediatamente saltó, cayendo ágilmente en el líquido limpio del otro recipiente. Ya limpia la pecera, lo regresaba con toda el agua del otro recipiente y le ponía un poco de alimento.
Siempre lo observaba un buen rato antes de limpiar la pecera y él se alejaba. Poco a poco fue tomando confianza, hasta que los dos nos veíamos fijamente a los ojos. ¡Hola Peter! La comunicación visual ya era completa. Vi a Peter y él me vio a través de los ojos.
“Tic – tic” y él saltaba. Y luego ya saltaba de regreso a su pecera.
Peter era un pez que soñaba, -yo creo-, y quizá algún día en su sueño de pez, oyó el sonido de mi uña: “tic – tic”. Peter saltó y en la mañana lo encontré muerto. En su vida, Peter aprendió a saltar y a ver mis ojos.
No tenemos permanencia. Aprovechemos nuestro tiempo. Aprendamos ahora y cumplamos nuestro propósito en esta vida.
Peter: aún recuerdo tus ojos, tu mirada. Espero que estés muy bien, -feliz,- ahora.
Enrique.
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