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viernes, 17 de julio de 2009

Domar la mente

Lo encontré y me sorprendió. Lleno de energía, radiante, actitud muy positiva, saludable, elegante. Iba a trabajar, con paso firme, con sus sesenta y tantos años relucientes, como esos viejos carros, “clásicos”, totalmente originales, que parecen nuevos y hasta caminan. Un mes antes era un vejestorio, con pésima salud, graves depresiones y miedos.
¿Qué hizo la diferencia? La concentración mental, según él mismo me dijo. Yo creo que logró el contacto.

Nada peor para la salud (física, mental y emocional) que dejar el pensamiento y/o el habla vagar o en negatividades, sin control.
Experimentemos la observación de nuestros pensamientos y emociones: busquemos un momento y un lugar de quietud. sentémonos con la espalda recta, las manos juntas en el regazo, los ojos entreabiertos, la mirada tranquila pero fija al frente y abajo y, entonces, mantengamos concentrada nuestra atención en nuestra respiración.

Con certeza, van a surgir muchísimos pensamientos y emociones, recuerdos, preocupaciones, sensaciones físicas, etc. pero, símplemente dejémoslas pasar sin darles atención; dejemos que surjan y se vayan mientras que nosotros mantenemos la atención, en la respiración. Esto es una forma simple de meditar, de empezar a domar la mente, ponerla bajo nuestro control. Hagan la prueba y observen con cuidado el comportamiento anárquico de nuestros pensamie
ntos y emociones. Pero recuerden, el juego es TENER TODA NUESTRA ATENCIÓN EN LA RESPIRACIÓN. De repente nuestra mente puede quedar quieta, tranquila, en paz. Allí, en un instante de paz, empieza la verdadera aventura del reencuentro con nuestra propia esencia divina. Allí reencontraremos nuestro verdadero poder.

Tenemos nuestro cuerpo físico y nuestro cuerpo de energía. En el cuerpo de energía fluyen los pensamientos y emociones. Se dice que existe una relación intensa del cuerpo de energía con el cuerpo físico y también con la naturaleza. Los pensamientos y emociones positivas atraen salud y todas las cosas buenas de la vida. Los pensamientos y emociones "negativas" atraen negatividad, incluso enfermedad y hasta pobreza. ¿Han sentido la muy atractiva energía de alguien feliz, sin conflictos? Todos tenemos problemas, pero es una decisión nuestra el ponernos a sufrir o resolverlos con alegría. Aquieta tu mente, adivina, aprende y resuelve tus problemas.

La energía negativa de nuestros pensamientos y emociones puede cambiarse a positiva al cambiar su frecuencia por medio de la espiritualidad (compasión, amor, risa, felicidad).

Al disiparse las nubes, brilla el sol. Al disiparse la oscuridad del corazón, brillará nuestra naturaleza original, nuestro ser, nuestra luz, lo que realmente somos, (no lo que decimos ser). Surgiremos libres de sufrimiento, con sabiduría, con nuestra conciencia expandida.

Para domar nuestra mente, primero tomemos la decisión de dejar de sufrir y ser felices, de "vivir", y entonces trabajemos intensamente para lograrlo, -con amor-.

Masaharu Taniguchi nos dice en su libro "guía para una vida feliz": "Cultivemos en el `jardín de la mente´ sólo ´flores´ de buenos pensamientos".

Enrique.

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