Agua estancada, se pudre.
El agua limpia, corriente, es vida.
Los rios, cuando encuentran obstáculos se desvían y buscan su camino hacia el mar. Los ríos siempre van al mar.
Rabindranath Tagore en su poema "la vida" escribió:
El mismo río de vida que circula por mis venas noche y día, circula por las venas del mundo y canta, en lo hondo, con pulso musical. Y es una vida idéntica a la mía la que a través del polvo de la tierra alza su verde alegría en innúmeras briznas de hierba, y estalla en olas tiernas y furiosas de hojas y flores. Y la misma vida, hecha flujo y reflujo, mece al océano, cuna del nacimiento y de la muerte. Mis sentidos se exaltan al tocar esta vida universal. Y siento la embriaguez de que sea en mi sangre donde en este momento palpita y danza el latido de la vida que huye a través del tiempo.
Nótese que el poema carece de inercia: el río de vida circula, tiene pulso, alza, estalla, tiene flujo y reflujo, mece, palpita y danza y huye... Habla de tocar la vida universal.
Dejemos pues que la vida circule en nuestras venas: quita los apegos, suelta los cabos y fluye libremente, sin amarras, para hacer que la energía de vida regrese y te fortifique. Hay que fluír en nuestra propia vida, de instante en instante, sin añorar ni al pasado ni al futuro. "mientras mas das, mas recibes, porque mantendrás la abundancia del universo circulando en tu vida" nos dice Deepak Chopra en su libro "Las siete leyes espirituales del éxito" y añade: "porque la felicidad es el apoyo y la sustancia de la vida y por eso genera abundancia.
El vivir intensifica la vida misma. Elije vivir, Adivina y aprende. ¿No vinimos a eso, a aprender?
Enrique.
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