Lograr PAZ

Muchos tenemos miedo a la soledad y por eso buscamos continuamente satisfactores externos.
Además, todos tenemos muchos deseos, cuyo gozo desaparece tan pronto los realizamos, como burbujas de jabón al reventar. No encontramos felicidad duradera. Y andamos por la vida "corre y corre", como el ratoncito en la rueda sinfín, atrás del queso.

Vivimos con nuestra mente en la ansiedad del pasado y del futuro y no en la paz de la realidad.

Estar en paz es SER en el presente con plena conciencia.
Estar en paz es vivir un estado de conciencia luminoso, sin recuerdos ni proyecciones. Es plenitud.
Estar en paz es felicidad, sabiduría, luz suprema.
Estar en paz es tener todo el universo en el corazón y sentir allí mismo el amor original, para compartir.
Estar en paz es saber de nuestra armonía con el universo.

Una mañana de cielo limpio, en mi caminata por los Viveros me detuve en un área donde se podía ver la cúpula celeste. Me quedé quieto y mi vista cubría el azul intenso del cielo. Entonces, por algún motivo cambió, se expandió mi nivel de percepción y tuve conciencia de esa inmensidad, bella inmensidad del universo. Simplemente, dejé a mi mente fluir, contemplar esa grandeza.El concebir tal magnitud me sobrecogió el corazón. Me enternecí y me salieron lágrimas. Logré estar por unos segundos en paz, paz interna, integrado con mi naturaleza: el universo.

Son momentos mágicos. A veces puede ser la plenitud del mar acompañada de un majestuoso atardecer, el simple aroma de una flor o la mirada de un bebé. Es alcanzar el infinito con la mente, recuperarlo en el corazón y desde allí, por dentro, salir de nuevo al universo. Produce escalofríos (son "bendiciones", dirán) y tanto amor en el corazón que las lágrimas brotan en torrentes.

Les platico cosas reales que me han sucedido.
En momentos así, el pensamiento racional, mente concreta, -que siempre compara,- desaparece, se cancela, deja de operar. Surgimos nosotros, en paz. Nuestro SER superior se manifiesta. Ese es el gran adivinador, conocedor de la sabiduría.

"Siempre que tengas dudas o tristezas, o sientas en tu espíritu perezas, deja llegar la noche y silencioso, ponte a ver las estrellas; míralas con unción, devotamente, y encontrará en ellas un anhelo de bien tu corazón". (De un poema de Otilio González).

Al inicio y término de cada actividad, comenzando con el despertar, concientemente dediquemos unos momentos a ponernos en paz y a agradecer el maravilloso milagro de estar vivos. Detengámonos frecuentemente y recuperemos el pensamiento claro y tranquilo. Nuestra vida fluirá feliz.

Enrique.