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martes, 22 de febrero de 2011

Volados

Me colocaba al final de una escalera, con barandal, como de 7 escalones a la hora de recreo, como la que se ve en la esquina del edificio de la foto.   Estaba en primero de Secundaria en el Colegio Cristóbal Colón, en la Ciudad de México.
Y se formaba la fila, tan grande que casi el patio se quedaba vacío.   Por algún motivo, me dejaban jugar volados, lanzar la moneda de veinte centavos al aire y preguntar ¿águila o sol?.   
Mi maestro me observaba todo el tiempo.   En todo el recreo no perdía ni siquiera un solo volado.   Uno tras otro, yo sabía lo que pensaba y símplemente cambiaba la forma en que recibía la moneda...   con la palma hacia arriba o hacia abajo y así el resultado era el que yo deseaba.    Si él pensaba águila, yo sacaba sol y viceversa.  
Mi profesor, un día me preguntó: -¿cómo lo haces?
y yo le expliqué, pero creo que no me entendió muy bien.
También en esos años sabía la hora exacta de la XEQK pues podía oir la estación de radio en mi cabeza.
Luego, dejó de interesarme y perdí el don.
Adivina y aprende.
Enrique.

Mar y cielo en los ojos

Creo que fué a la vuelta de un viaje a Puerto Escondido, Oaxaca.
El joven, como de 20 años, me comentó que había estado 3 meses en la playa.   La energía que lo envolvía era una absoluta paz.   Llevaba el cielo y el mar en los ojos y en el alma.
Enrique.

lunes, 21 de febrero de 2011

¡Yo quiero!

Manifestar nuestro deseo, nuestra voluntad, nuestra intención y hacerlo de viva voz...
En un libro de Coelho que estoy leyendo, expresa algunas ideas que al juntarlas hacen sentido.  
"Cerrando ciclos.... lo importante es dejar en el pasado momentos de la vida que ya se han acabado".   
"Todos los hombres y todas las mujeres están conectados con la energía que muchos llaman amor, pero que en verdad es la materia prima con la que se construyó el Universo....  es en ella en la que reside todo nuestro aprendizaje en esta vida"... 
Ahora, yo se que en la comprensión, en la sabiduría está nuestro fluír en la vida, también recuerdo que en cada inicio de ciclo mi maestro Raúl, nos pedía que manifestáramos nuestro deseo de aprender, de participar en el nuevo ciclo de aprendizaje.
Entonces,
yo quiero aprender y seguir aprendiendo de la propia vida, y fluír por ella como en un mar de amor. En paz.
No olvidemos al asistir a enseñanzas con los maestros, manifestar nuestro deseo de aprender.    Aprender para servir.
No olvidemos decir a la amada lo mucho que deseamos compartir nuestro aprendizaje en la vida con ella.
Mas que dejar atrás los ciclos terminados, creo mas importante reiniciar cada día el nuevo aprendizaje, con amor y agradecer por lo anterior.
¡Yo quiero!
Enrique.

domingo, 20 de febrero de 2011

MIRA DE CUANDO EN CUANDO LAS ESTRELLAS

Siempre que tengas dudas o tristeza o sientas en tu espíritu pereza,
deja llegar la noche, y silencioso
ponte a ver las estrellas;
míralas con unción, devotamente,
y bajará de ellas
en ritmo majestuoso
un lírico y clemente
consejo de esperanza,
blando y letal reposo,
y un soplo de fervor y de templanza.


Si es que te sientes solo, sin amores,
ponte a ver las estrellas;
mira con mansedumbre sus fulgores;
diles con alma y ojos tus querellas,
y a ti descenderá, hondo y humano
un cariño de hermano
que curará tus íntimos dolores.


Si tienes faltas de altivez injusta,
horas de vanidad,
alza entonces la cara a las estrellas,
que encontrarás en ellas
una tierna pureza tan augusta
y tal serenidad,
que advertirás tu cómica grandeza,
y humillarás contrito tu fiereza
y tu impiedad,
sensible a la infinita maravilla
y a la forma sencilla
con que llenan la obscura eternidad.

Mira de cuando en cuando las estrellas;
son tan blancas y bellas,
que sólo con mirarlas sentirá
un anhelo de bien tu corazón,
tu labio inventará
una fácil canción,
y tu pie peregrino
hallará menos áspero el camino.

Mira de cuando en cuando las estrellas…

By Otilio González Morales

Poeta de Saltillo, Coahuila, México.

Enrique.