En nuestras relaciones humanas es normal el querer ser aceptado por las demás personas, en especial por las mas cercanas como son nuestros propios hijos y consorte. Esto es normal en los grupos de personas, sin embargo, hoy en día existen muchas fuentes de información y publicidad que distorsionan los conceptos básicos en las personas y sobre todo en los mas jóvenes.
El excesivo valor que se otorga a los bienes materiales y lo poco que se habla de los valores morales, producen que nos encontremos muchas veces en una continua negociación, aún con nuestros seres "queridos".
Esto puede originar que los hijos y consorte, para obtener aquellas cosas deseadas, se comporten de manera irrespetuosa. Pueden incluso pueden agredir y mostrarse enojados con nosotros.
Cuidado. Si alguna vez "compramos" su agrado por nosotros, nos estamos perdiendo el respeto nosotros mismos y, con una sola ocasión en que cedamos ante este tipo de argumentos, nuestros parientes también nos perderán el respeto.
La forma correcta es el amor de unos por otros. El deseo y la acción de apoyarnos con mucho cariño y buscando el bienestar de todos, sin poner en riesgo nuestros recursos. Esto requiere de mucha sabiduría y buena voluntad y sobre todo de mucho amor.
Cuando una persona es realmente solidaria con nosotros y nos apoya con sus mejores pensamientos y guía, orientándonos a que tomemos las acciones que nos llevarán al triunfo por nuestro propio esfuerzo... y nos enseña el camino con verdaderos principios morales, producirá milagros maravillosos en nuestra vida.
Lo mas importante, es que con esta persona, sabia y buena, podemos abrir el corazón y decir "te amo" sin temor alguno. Esta persona sabe que "La Sabiduría nace del corazón". Apliquemos esta Sabiduría en todas las acciones de nuestra vida y agradezcamos a esta persona, sabia y buena su amor y guía.
(Nota: La Sabiduría que nace del corazón es una cualidad netamente femenina).
Adivina y aprende.
Enrique.
domingo, 25 de octubre de 2009
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