Una de mis características desde chiquito es que si quiero hacer algo, lo hago, sin importar el tiempo o esfuerzo.
En la casa de mi abuelita, la mamá de mi papá, había un piano vertical negro y mis primas me enseñaban a tocar "los changuitos". Mi papá nos llevaba de visita todos los domingos. Desde que yo iba, nada mas saludaba y directo al piano.
La tía de mi papá, fué concertista y su maestra era alemana. Tocaba precioso. Entonces, aquel niñito como de 6 años (yo) dijo: Yo quiero estudiar piano.
Y no tenía piano dónde estudiar.
Pero me iba a casa de Fidel, un amigo, todas las tardes y luego los sábados iba a casa de mi tía Concha (Concepción).
Y así pasó como un año. Prueba de persistencia. Y yo, en ningún momento dudé y seguía estudiando en el piano de Fidel.
Un buen día, al bajar en la mañana a la sala de la casa, allí estaba. un piano de 1/4 de cola... Un Steinway de verdad, hecho en Hamburgo.
Ese piano recibió todas mis emociones de niño y adolescente. Hoy tengo un Gebr. Zimmermann de 1893, hecho en Leipzig, de esos que tienen candelabros y banquito giratorio, renovado profesionalmente y completamente original y completo, y que expresa muy bonito.
Hoy toco aquello que recuerdo de cuando si estudiaba, pero lo hago con toda mi emoción.
Enrique
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