Nunca juzgar, nunca criticar, nunca reclamar (cobrança em português), nunca dañar.
Dar respeto, cariño y amor. ver a los ojos, sentir el alma...
Orar juntos, darnos placer. La naturaleza nos concede el milagro del complemento perfecto hombre-mujer.
Cuando se encuentra a la compañera, se produce la milagrosa química que nos transforma en seres felices y completos. La sola presencia nos induce a estados de alegría y placer maravillosos que pueden hasta convertirse en maravillosas experiencias espirituales de contacto Divino.
Así es nuestro diseño que es la maravillosa bendición y nuestra gran búsqueda.
Sea pues, quitando el ego en pareja, surge la Divinidad en nuestro corazón, en el alma, en el cuerpo todo y en la piel. felicidad y gozo completos, dulce, tierno, bueno y poderoso rejuvenecedor.
Una gran Maestra espiritual me dijo (el 5 de septiembre de 2013) que soy un niño. Esto, para mi es el mayor elogio y me reafirma en mi eterno aprendizaje.
Adivina y aprende,
Enrique
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