Los mexicanos tenemos dos obsesiones...
Amar a la muerte y Amar a las flores.
Hombre visual y mujer olfativa,
ambos amamos las flores, prodigios de nuestra naturaleza física y espiritual, del color, la forma y los aromas.
Flores, bella ofrenda para rendir tributo a los antepasados, vínculo innegable entre el plano de los vivos y el plano de los muertos.
Amar a la muerte, sentir su innegable presencia en nuestras vidas y darle calor de madre de hermana, de novia, de amante...
Bendita muerte liberadora, renovadora, enseñadora... y mientras que contamos con esta vida, futuro recuerdo que nos indica lo fútil e inútil de muchas de nuestras luchas..
Mejor, bendecir la vida, agradecer el amor y disfrutar el gozo, olor y visión de una flor, plenamente viva, ahora.
Adivina y aprende.
Enrique
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Siempre los leo y espero que regreses muy pronto.