Trabajaba yo en La Ciudad de Cuernavaca, en Palmira, en el Instituto de Investigaciones Eléctricas y una de mis compañeras jóvenes me preguntó que cómo podría lograr que un chico se hiciera su novio.
Yo, sin pensar mucho, le dije que se le quedara viendo con "ojos húmedos, de borrego a medio morir", -como si se le apareciese la Virgen- con algunos profundos suspiros románticos y con la boca un poco abierta; que incluso el efecto resultaba mejor si se le caían algunas gotitas de saliva , sin control, por la comisura de los labios.
La comunicación visual de la escena tenía que indicar que ella estaba TOTALMENTE enamorada de él.
Cuando él llegara, las fiestas de cualquier cachorrito al ver a su amo se debían de quedar chiquitas con "las fiestas" y alegría de ella al recibirlo.
En unos 4 meses se anunció la boda y se casaron.
Pero lástima que ella no continuó con "el teatrito". Se divorciaron al año de casados.
Bueno, creo que le faltó verdadero corazón a la receta.
Niña:
si realmente lo amas, haz que él lo sienta,
si no, mejor NO.
Adivina y aprende.
Enrique.
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