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sábado, 3 de septiembre de 2011

Por ti

Una de las canciones de las que tengo recuerdo grato es aquella de Lorenzo Barcelata: "Por ti aprendí a querer"
Mi padre, también fué gran declamador y locutor en la radio quizá ayudó a componer la letra y los versos, -casi olvidados,- que se dicen en medio de esta música:


Para encontrar dos piedras peregrinas
con que formar tus ojos ideales,
Dios buscó en los prodigios minerales
las gemas más puras y divinas.

Repasó las madréporas marinas,
el lujo de las perlas orientales,
el hervir de las luces siderales,
 las grutas de facetas diamantinas.

Y no hallando materia luminosa
adecuada a tu faz maravillosa
por elocuente, expresiva y rara,

mordió sus labios, de coraje rojos;
Después,
¡Dios mismo se arrancó los ojos
y con amor los estampó en tu cara!



Barcelata compuso también maravillosas canciones como María Elena conocida en todo el mundo.
Estos recuerdos de la Bohemia en México sólo me llevan al pensamiento de que el amor entre un hombre y una mujer es el maravilloso complemento Divino que todos deseamos.
No, 
no hay sustituto...   
todo lo demás es conflicto.  
La compañía requiere tener luz en el corazón, calor en la piel, brillo en los ojos, humedad en los labios, Divina Sabiduría y gran ternura. El ser bonita no estorba...
Y además, ser niña, en esencia.
-Oye..
-Vé.
-Sé 
¿Ya viste?
Adivina y aprende.
Enrique.

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