Al ver a alguien de "buen ver", entorna los ojos, sonríe levemente con un toque de picardía, dá una repasada rápida al conjunto, lánzale simpatía amorosa desde tu corazón y enfocándola a los ojos pregúntale:
¿-Amiga o enemiga...?
Pero esta preguntita va un poquito mas allá.
Pregúntate tu, primero contigo mismo. ¿Soy mi propio amigo? ¿me aprecio a mi mismo? ¿me cuido a mi mismo? ¿me admiro a mi mismo?
¿Voy bien o me regreso?
Y de las personas con las que convivo... con quien duermo en la cama... ¿amiga o enemiga? Y así, todas las demás.
Lo que sembramos recibimos. Siembra amor y respeto.
Coloca a TODAS las personas como tus superiores y demuéstrales tu admiración, trátalas así. Es una fórmula mágica, maravillosa.
En vez de apoyarla a resolver sus problemas, una sola crítica destuye toda amistad y no se olvida. Un elogio sincero es un apoyo, regalo inolvidable, y te verán como alguien muy especial.
En vez de apoyarla a resolver sus problemas, una sola crítica destuye toda amistad y no se olvida. Un elogio sincero es un apoyo, regalo inolvidable, y te verán como alguien muy especial.
¿Me paso la vida feliz, con admiración y cariño para las personas o continuamente las critico y les hago reclamos y daño? ¿Les digo todo lo malo que veo en ellas (que muchas veces es mi propia frustración) y además se lo cuento a todos, las "ventaneo"?
Mi propia vida... ¿es mi amiga o mi enemiga?
Es mejor ser feliz y dar felicidad, ¿no crees?.
Adivina y aprende.
Enrique.
Adivina y aprende.
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