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lunes, 14 de marzo de 2011

El gato

Vivo muy a gusto en un apartamento pequeño que tiene lo esencial y nada mas, por lo que la vida es mas simple. Aqui medito todos los días y poco a poco se ha impregnado de esa maravillosa paz de la meditación.  Regreso alterado de la calle y me armonizo muy rápido.
Ayer domingo, estaba ya saliendo y algo me dijo, internamente, mejor quédate.   Después, me puse a meditar y resultó una meditación intensa. Ya estaba bien avanzado en el flujo y reflujo de energías, los chakras activados, las luminarias encendidas y abrí los ojos un poco mas.   Allí, en la entrada, en la puerta, estaba sentado, atento, observando, el gato.
Se llama Sol.   Es dorado de color y grandecito.   Reclamaba mi "depa" como su territorio y se metía. Al principio, me veía y salía corriendo, rápidísimo. 
Aún no lo he podido tocar, pero después de ver mi meditación ya es él el que viene mas cerca y no se quita. Ya sólo mantiene como un metro de distancia y sin temor.   Yo no le dejo el territorio, pero le hago sentir mi respeto para él agachando la cabeza en señal de sumisión.
Seres asombrosos, mágicos. llenitos de percepción.
Después me llamó mi hija y vino con mi nieta. Fuimos a comprar una piñata de Blanca Nieves para su quinto cumpleaños y me invitaron a comer. 
¿Ya vieron?
Adivina y aprende.
Enrique.

1 comentario:

  1. Don Enrique, que placer leer sus notas, logra proyectar esa tranquilidad y armonía en la que se desenvuelve su vida, al igual que Sol, yo lo observo y disfruto enormemente de esos pequeños y maravillosos detalles con los que teje cada uno de sus días. Felicidades!!!

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Gracias por tu comentario. Siempre los leo y espero que regreses muy pronto.