Y me quedé sobrecogido.
Sintiendo mi corazón vibrar intensamente con esa hermosa dulzura... mis ojos húmedos por la emoción, casi sin poder moverme.
Tenía que esperar.
Dejar que fluyera todo aquello que quedó dentro.
Afinidad de seres, de energía, de Luz en los ojos, de Presencia.
Magia del Universo, del Ying y el Yang juntos, del amor sin roce, expresión divina, sublime, bella.
Bendición Maravillosa.
Plenitud. Gracias.
Adivino y Aprendo...
-Dejo fluír.
Enrique.
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