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viernes, 10 de diciembre de 2010

Soñar no cuesta

Eres un soñador, me han dicho.    ¡La vida no es así!,   ¡confórmate!
   De acuerdo, pero....   Si,  PERO...
Resulta que si hago eso de no soñar estoy triste, viejo, deprimido, lleno de conflictos y emociones negativas, en guerra con el mundo, en lucha conmigo mismo...  inconforme, esperando NADA.
No, no me gusta.   No me gusta ver a tanto viejo solitario, sufriendo su soledad y su mentira; enfermos, caducos...   lejos de todo, sin lugar en el mundo y enfermos del alma...   lo sé, porque yo era así.
Ahora, hago yoga, bailo salsa, cumbia, merengue y otros ritmos del trópico, medito mucho, y sobre todo, amo mucho.   Soy cálido y amable con todos y hasta conmigo.  Disfruto mi momento de vida y a las personas que están en él.   No pido amor, lo doy. 
Stress es falta de amor...   el amor no llega, se cultiva en uno mismo y se dá, para hacer a todos felices.   Nuestro amor se contagia al mundo.   Y la vida se convierte en el mejor sueño jamás soñado... llenita de amor.   Soñar juntos es mejor.
¡Amor y Paz!
Enrique.

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